En 2021, la llegada a España del líder saharaui Brahim Ghali había desatado la ira de Rabat, que recordó a su embajador en Madrid. Desde entonces, las tensiones parecen haber disminuido y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha respaldado públicamente el plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, visitó Marruecos el jueves 7 de abril. La visita anunciada por José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno español, se ha repartido en dos días, y se enmarca en una lógica de flexibilización de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
De hecho, esta visita altamente simbólica se produce aproximadamente un año después del inicio de una disputa diplomática entre los dos países sobre la cuestión del Sáhara Occidental.
El 18 de abril de 2021, en efecto, España había acogido para que tuviera lugar en su territorio un trato, Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, opuesto durante décadas al Estado marroquí en la reivindicación del Sáhara Occidental. Este gesto poco apreciado por Rabat había provocado la retirada del embajador de Marruecos en Madrid, mientras que los enclaves de Ceuta y Melilla, puertas de entrada a España, registraron una oleada récord de inmigrantes en ruta hacia Europa.
Si Brahim Ghali ya ha abandonado territorio español, la visita de Pedro Sánchez parece indicar que el expediente no está definitivamente cerrado, pues los dos países buscan ahora mostrar la solidez de sus relaciones. Sin embargo, para muchos observadores, el final de esta crisis podría conducir a otra con Argelia, apoyo abierto al Frente Polisario.
El pasado mes de marzo, la decisión de Madrid de apoyar el plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental también había sido duramente criticada en Argel, y también había despertado temores en España por las tensiones con el país magrebí, que es uno de sus principales proveedores de gas.
Cabe recordar que Marruecos es considerado un socio fundamental de España en África, especialmente en lo que se refiere a la gestión de los flujos migratorios. Los enclaves españoles de Ceuta y Melilla en la costa marroquí son las únicas fronteras terrestres de la Unión Europea con África, y a menudo son favorecidos por inmigrantes ilegales que buscan una vida mejor en Europa. Además, con casi 15.000 millones de dólares en bienes comercializados en 2020, España es el principal socio comercial del reino de Cherifian.
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